En cualquier proceso electoral es
inevitable que surja el conflicto originado por una natural puja cuyo objetivo es
el triunfo, dentro de este contexto es que surge lo que se llama “oposición”,
en contraposición del “oficialismo”, esto acontece en cualquier organización,
no importa su envergadura.
Si bien desde este sitio partimos de
la premisa del aprecio a nuestros dirigentes y de la aprobación de su gestión, reconocemos
que la existencia de una “oposición” fortalece el sistema democrático. Las
razones son bien conocidas y no hace falta describirlas.
Y aquí nos gustaría hacer un
paréntesis y dedicarle unas líneas a la palabra “oposición”. No nos gusta ese término
porque parece implicar que va en sentido contrario a lo que existe, dar un giro
de 180 grados. En general la experiencia nos enseña que eso no suele ser
beneficioso. Muchas veces solo es necesaria una pequeña corrección de rumbo, un
cambio de estilo, o una variación en las rotaciones de la máquina. Preferimos
referirnos a que exista una “alternativa” en lugar de oposición.
Hecha la aclaración, pasemos a analizar
la coyuntura en la que nos encontramos y en especial a la lista que se presenta
como “oposición” o “alternativa” a la actual conducción del Centro. Nos
preguntamos ¿esta oposición fortalece el sistema o lo debilita?
¿esta oposición fortalece el sistema o lo debilita?
En nuestra convicción, una lista
alternativa debería estar formada por colegas que tengan una militancia
sindical efectiva. Socios que hayan demostrado interés por formarse en temas
sindicales, que tengan la convicción del indiscutible rol protagónico del
sindicato en la formulación de políticas vinculadas con el bienestar de todos.
Y fundamentalmente, que no tengan intereses contrapuestos con los de los
trabajadores.
La lista azul fue armada
exclusivamente por un pequeño grupo de socios que en a actualidad son
prácticos. Por supuesto que eso no es impedimento para integrar la Comisión Directiva.
Pero algunos de ellos son empresarios y ese sí es un impedimento grave.
Los candidatos a presidente y vice
son dos socios en actividad que fueron impuestos por ese pequeño grupo. Ninguno
de ellos posee experiencia ni conocimientos en temas sindicales, ninguno ha
asistido, ni siquiera con una mínima regularidad, a las reuniones de Comisión Directiva
para informarse sobre el rumbo de la gestión, ninguno de los dos puede probar
haber tenido interés por acercarse al centro, y mucho menos a plantear alguna
crítica o propuesta por los canales institucionales adecuados.
Ninguno
de ellos posee experiencia ni conocimientos en temas sindicales
La pregunta es: ¿por qué un pequeño
grupo de socios prácticos sin militancia sindical, a quienes no los afecta la
negociación paritaria ni de convenios colectivos quiere tomar las riendas del
centro? Los mismos, que luego deberán negociar esos convenios colectivos y
paritarias con las empresas que son sus clientes.
Nos podrán insistir diciendo que los
candidatos a presidente y vice no son prácticos. Bien, analicemos cuanta
libertad de acción tendrán esos candidatos si carecen de los conocimientos más básicos
sobre la actividad sindical. La realidad es que fueron invitados a participar por
los que armaron la lista y la financian, en fin, por los mismos que les abrirán o
cerrarán las puertas al practicaje.
Ya no se trata de la normal y sana
puja electoral. Está en juego la continuidad de políticas que nos han
beneficiado. Aún aquellos que no coincidan plenamente con la actual gestión y
puedan manifestar diferencias en puntos de vista, no deberían caer en la
ingenuidad de pensar que la solución pase por poner en la conducción a un grupo
sin compromiso con la gestión sindical, peor aún, con intereses tan
contrapuestos con los trabajadores del colectivo Centro de Capitanes de
Ultramar.
Está en juego la continuidad de políticas que nos han
beneficiado
Sostenemos que esta lista “opositora”
(le cabe el termino) no cumple con los mínimos requisitos para constituirse en
una alternativa seria que enriquezca el juego democrático. La mayoría de sus
propuestas, son impracticables o peligrosas (lo que demuestra desinformación o
mala fe), otras proponen cosas que ya están en funcionamiento como por ejemplo alojamiento
a socios del interior, cursos gratuitos, turismo, cobertura de medicamentos,
revisaciones médicas para prefectura, etc, etc.
Ante esta evidencia podemos imaginar
una infinidad de intereses ocultos que mueven a este pequeño grupo. No los
vamos a enumerar por ahora, aunque tengamos la certeza de cuáles son.
Que cada colega de buena fe saque sus
propias conclusiones.
1 comentario:
Cómo haría un “sindicalista” para negociar los convenios de sus afiliados ante la patronal si a su vez, en forma simultánea, esa “dirigencia gremial” estaría fuertemente influenciada por empresarios que tienen como “parte de sus clientes” a la misma patronal?.
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