A dos años del fallecimiento del Presidente Argentino que hizo renacer nuestra Marina Mercante y que nos devolvió la soberanía sobre nuestros barcos.
“Él no dejó sus convicciones en la puerta de la Casa de Gobierno” como
hicieron todos los presidentes que lo precedieron durante la noche neoliberal. Asumió
la primera magistratura solo con un 22 % de los votos en un país donde la
desocupación alcanzaba el 25 %, transformó la vida de los argentinos, nos
enseñó y demostró que era la política la herramienta de esas transformaciones.
Los marinos mercantes argentinos siempre lo vamos a recordar como el
Presidente que nos devolvió la dignidad,
el que dijo “basta” de ser extranjeros en nuestros propios barcos, como al
único que escuchó nuestros reclamos y los atendió, mientras que, los que habían
provocado nuestra ruina, se hacían (y hacen) los distraídos, ya sea por
inoperancia, malicia, falta de convicción o cobardía, miraban (y siguen mirando)
para otro lado, Néstor Kirchner tomo la bandera de la recuperación con aquel
decreto 1010/04, la tarea no ha concluido, aún hoy lo extrañamos y lo
necesitamos, en este camino que transitamos para tener una ley que permita
defender y garantizar lo conseguido y que sirva de plataforma para engrandecer
aún más la industria del transporte marítimo y fluvial.
Recordarlo a través de sus propias palabras es como un faro que nos
señala el rumbo que no hay que abandonar para alcanzar la Patria Grande.
PALABRAS DEL
PRESIDENTE NÉSTOR KIRCHNER, EN EL ACTO DE PRESENTACIÓN DEL PLAN DE ASISTENCIA
FINANCIERA PARA LA
PROMOCIÓN DE LA INDUSTRIA NAVAL Y LA MARINA MERCANTE
Estamos
ante un nuevo desafío, como siempre, están los dos lados de la biblioteca; los
que descreyeron auténticamente de la industria nacional y cometieron uno de los
daños más grandes a la industria nacional al destruir la industria naval, la
marina mercante, que fueron verdaderos orgullos de producción, trabajo nacional
y soberanía nacional, y aquellos que dicen que todo esto que vamos a hacer
nosotros, los economistas de las escuelas que hablan tanto, es gasto público
improductivo. Son los dos países, un país que en la pluralidad pretendemos
construir todos los argentinos, y otros que desde el autoritarismo económico
creen que hay una sola viabilidad de desarrollo del país.
Nosotros
creemos en la visión, en la pluralidad y en la posibilidad de construir un país
que pueda tener su producción nacional, su industria nacional, que pueda
integrarse al mundo con sustentabilidad interna. Volver a hablar de los
talleres nacionales, astilleros nacionales, línea de bandera, parece realmente
algo que estaba muy lejano en nuestras posibilidades y hoy lo estamos
instrumentando entre todos.
Creemos
firmemente en la industria que ustedes trabajan, invierten y representan.
Háganlo con confianza, recuperemos como decíamos días pasados la autoestima,
terminemos con esta historia, lo trato de decir en todos lados, que los
argentinos hacemos cosas de mala calidad, que no servimos, que tenemos costos
altos. Esa cultura que por unos pocos pícaros que tuvo la sociedad argentina la
están pagando todos los argentinos, los excelentes investigadores que tenemos
del Conicet, de las distintas áreas, los técnicos, los profesionales, los
trabajadores argentinos que nosotros brindamos. Nos han hecho creer que los
argentinos siempre generamos productos de mala calidad o que evidentemente
estamos en una situación absolutamente por debajo de la calidad que se brinda
en otros lados. Donde yo voy no hacen más que elogiarme la calidad, la
capacidad investigativa y la mano de obra argentina.
Recuperemos
nuestra autoestima fuertemente, que nuestros empresarios nacionales vuelvan a
creer en sí mismo y en el país, que nuestras pymes se vuelvan a fortalecer y
eso va a lograr que la economía argentina esté en un racional y permanente
crecimiento y nos de la visualización de un futuro estratégico.
Si los
argentinos somos capaces de creer en nosotros mismos, tenemos un futuro
indiscutible, no en un gobierno, en los argentinos. Después, perfil más o
menos, en el marco de la pluralidad democrática, la sociedad va eligiendo en
cada tiempo de la
historia. Pero cuando una sociedad cree en sí misma, es
indudable que construye un futuro, que tiene sentido estratégico, que supera
cualquier contradicción coyuntural y evidentemente permite volver a revalorizar
los valores de país, de nación, de patria, de bandera, de tener ese orgullo de
lo nacional que durante tanto tiempo parecía una vergüenza hablar de lo
nacional. Realmente me entusiasmo mucho con todos estos temas y creo que se pueden
llevar adelante. Cometeremos errores, los iremos corrigiendo en el camino, ya
vimos lo que nos pasó con el autoritarismo económico de la solo idea, una sola
idea vigente, de que nunca se equivocan, de no saber dar algún paso al costado
o atrás cuando uno no acierta, porque nadie es perfecto, cuando una sociedad es
dúctil a quienes conducen temporariamente por voluntad de la sociedad, tiene
esa ductilidad, no tengan ninguna duda que el futuro se va construyendo y las
posibilidades de ir generando saltos cualitativos se van dando en forma
paulatina y permanente.
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