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miércoles, 10 de agosto de 2011

Algunos pensamientos de cara a las elecciones, para la reflexión de los marinos mercantes argentinos. Por Pancho Quilla.


Algunos pensamientos de cara a las elecciones, para la reflexión de los marinos mercantes argentinos.
Por Pancho Quilla.


La proximidad de las elecciones nos lleva necesariamente a reflexionar acerca de nuestra decisión ante el cuarto oscuro. Porque no vamos allí sin saber de antemano a quién vamos a votar.
Todos tenemos una tendencia política que nos atraviesa en todos nuestros actos y pensamientos. Y nuestro voto seguramente, será para aquel candidato que entendemos representa más ajustadamente esa tendencia. Si ese candidato resulta electo, serán entonces sus actos políticos (ya fuera de nuestro control) los que, en devolución, atravesarán nuestra realidad, nuestro trabajo, nuestra economía y finalmente, nuestra familia, que es nuestro interés supremo.
Y como vivimos y mantenemos nuestras familias navegando, éste debe ser nuestro punto de arranque para pensar a quién votar. Templar al calor de la realidad nuestro voto, es indispensable para no equivocarse.  Interpretar esa realidad y traducirla en voto es muestra de que algo nos separa del mono.
Nuestro trabajo en el sector marítimo 
Los marinos mercantes argentinos conocimos el sabor de la buena vida abordo, de una flota pujante, maravillosa, que se refleja en anécdotas de todo tipo; según nuestros mayores, esa vida profesional con “Liberties”, “Victories”, buques de pasaje, “Luchos”, patachos, estatales y privados, los de ELMA  y los de YPF, etc., dejaba satisfacción por doquier.  Eran Señores Capitanes y Oficiales.  Dignos.
Luego conocimos, y esta historia es más reciente, el sabor amargo de una flota bajo Banderas de Conveniencia.  Con menos anécdotas, y menos dignidad. No porque no seamos tan Señores como aquellos, sino porque aquel Gobierno, desde el Estado, se encargó de mutilarnos, de dejarnos sin trabajo y sin dignidad.  Lista de Espera para Embarcar interminable, reparto de la miseria, carnereo; en fin, pelea de pobres contra pobres.  Algunos intentaron algo en tierra; otros, y los pibes, a la pesca, que nos permitió descomprimir la acuciante situación laboral.  Muchos, aún siguen allí, se arraigaron. Y el Centro de Capitanes piloteó y supo adaptarse a esa situación.
Y en excesivamente apretada y objetiva síntesis, en 2004 con el Decreto 1010, volvimos a tener un horizonte de esperanza. Después de treinta y un años, Convenio Colectivo de Trabajo.  Recibo de haberes que sirve para el Banco. El Juez que atiende los despidos es argentino, está en Talcahuano 550, no en Liberia.  La empresa, domicilio acá, en Argentina.  Aporto a la jubilación, mejor o peor, dependerá del caso, pero ahora la tengo. Nuestras familias tuvieron nuevamente la posibilidad de pensar en algo mejor: volvimos a la BANDERA ARGENTINA, volvimos a ser trabajadores argentinos con tratamiento argentino.
Queda pendiente tener una Ley de Marina Mercante que regularice y nos de seguridad de que no volverá un decreto 1772 para pulverizarnos nuevamente a los trabajadores y que le de a empresas argentinas que quieran enarbolar nuestro pabellón (y, por supuesto, darme trabajo a mí que de eso vivo), la posibilidad de hacer negocios y ganar bien ganado lo suyo.
Solo fijarse la realidad laboral HOY es indicio suficiente de las consecuencias directísimas del dictado del decreto 1010/04. Tu teléfono suena bien seguido para ofrecerte trabajo… ¿hace cuánto que no mandás un currículum?.
Tener conciencia de clase no es motivo de vergüenza, somos trabajadores. Y esto que hemos vivido se llama justicia social, término que no es propiedad de ningún grupo en particular.  Yo lo he vivido así.
Finalmente, digo que habrá que elegir lo que nos convenga como grupo y seguir exigiendo los cambios necesarios para tener el país que nos merecemos. VOTEMOS BIEN Y NOS IRA MEJOR.

Pancho Quilla
CAPITAN
panchoquilla@gmail.com

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Basta con recordar la desocupación de la década infame para saber lo que sufrimos...

Juan Carlos dijo...

Creo que el artículo anónimo (o seudonimado) es mas contraproducente para el autor y para quienes dice representar, que el sabio silencio.
Saludos

Juan Carlos Blasi

Juan C. Carrión dijo...

Hace unos años nos quisieron hacer creer que el silencio era salud.-Eso será en los hospitales.-Si una Administración de las últimas que tuvimos hizo algo por los marinos mercantes argentinos, es esta.-Y hay que decirlo aunque suene a propaganda electoral.

Sergio Moretti dijo...

Quizas sera hora de realizar una movilizacion como la del dia del decreto 1010 ,,,,, la verdad paso bastante tiempo y la ley brilla por su ausencia. Hasta cuando vamos a esperar, el que no llora no mama.